miércoles, 30 de diciembre de 2009

0 comentarios 12/30/2009

No es mas facil el colecho?

Escrito por Viviana - Categoria ,
Para desearles un feliz año, les dejo este video.

No es mas facil,más rápido y más lindo para todos practicar el colecho?

Creo que hay que enviarle información sobre el tema a este papá---

FELIZ 2010 !!!!!!!!!!



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lunes, 21 de diciembre de 2009

0 comentarios 12/21/2009

Laura Gutamn: "Tenemos el instinto de proteger a nuestra cría"

Escrito por Viviana - Categoria
"Personalmente creo que todas las formas de violencia tienen su origen en una carencia materna, falta de atención, calidez, amor, brazos, generosidad, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, miradas, sostén", reflexiona Laura Gutman, terapeuta familiar y escritora.

En nuestro mundo civilizado, "la madre vive tironeada por dos fuerzas poderosas: lo que ella siente y lo que debe hacer. Lo primero es el instinto materno, la sabiduría interior, que es guiada por la intuición. En cambio, lo segundo es el mandato exterior, la manera de cómo hay que hacer las cosas; lo que se entiende por correcto", agrega.

Gutman es autora de varios libros sobre temas que la apasionan, entre otros, la maternidad, el desamparo emocional, el estrés en los chicos y la sabiduría interior. Su última obra, Mujeres visibles, madres invisibles , es una recopilación de artículos publicados en medios especializados de la Argentina y España. Dirige Crianza, institución con sede en Buenos Aires que cuenta con una escuela de capacitación y un equipo de profesionales para asistir a madres y padres.

"La llegada de un bebe crea un encadenamiento de maltratos históricos. Primero nace un chico en una institución médica poco acogedora: fría, sin calidez y donde es sometido a una serie de torturas que dentro de unos años estarán prohibidas por ley. Sondas por todas partes, es rasurado, estirado para ser medido, cuando nada de todo esto es necesario, cuando todo lo que necesita el recién nacido es estar en el mejor lugar posible: el pecho de su madre. Pero cuando las cosas son así, generalmente, el maltrato del bebe se encuentra con otro encadenamiento, el de su madre que también fue maltratada. El parto no es una enfermedad para curar: es el pasaje a otra dimensión. Es importante aclarar que las mujeres no sufrimos a causa de las contracciones. Sufrimos si estamos solas, humilladas, desprotegidas, atemorizadas", apunta Gutman.

-¿Qué es lo que quiere la madre?

-La madre quiere tener a su bebe sobre su pecho, ¡y que no se vaya! Que es lo natural, lo lógico: lo que también espera el bebe que estuvo durante nueve meses en el cuerpo de su madre, cuidado, alimentado. El espera que ese estado continúe. Sin embargo, el mandato exterior sostiene que lo sano es quitárselo a su madre, llevárselo únicamente para mamar. Dejarlo que llore y llore así se acostumbra a dormir solo. Si pudiéramos preguntarle a una madre del reino animal si al cachorro hay que dejarlo solo no entendería, porque si lo deja solo se lo comen los predadores. Hay que recordar que en la especie humana la madurez es un proceso sumamente lento que dura hasta los 21 años, que no se puede resolver en tres días. Hay muchas cosas que algún día parecerán absurdas?

-¿Por ejemplo?

-Las lobas, perras, gatas, vacas, focas, elefantas, leonas, jirafas, zorras y nosotras las humanas tenemos algo en común: el instinto de proteger a nuestra cría. Pero si a una gata o una perra, por dar un ejemplo, le tocan un cachorro lo deja. Porque está impregnado de un olor ajeno y ellas reconocen al cachorro por el olor. Nosotras también somos especialmente sensibles y si algo se interpone entre nosotras y nuestros cachorros después del parto perdemos el olfato que los hace absolutamente reconocibles como propios. En nuestro mundo civilizado, cuando una mujer da a luz, no puede oler de inmediato a su hijo. Se lo llevan para devolvérselo más tarde bañado y con olor a perfume, y la madre tiene que hacer un esfuerzo intelectual para reconocerlo como propio.

-¿Cuál es la reacción del bebe?

-El chico sufre mucho y trata de alertar a los seres de los que espera protección y afecto sobre el maltrato. Entonces, si no obtiene respuesta, organiza un sistema de supervivencia para llamar la atención: llora, se brota o se deprime, y en casos muy extremos puede llegar a morir. Muchas veces las madres siguen tan atadas al mandato exterior que parecen ignorar la situación. Posiblemente porque intuyen que si tratan de conectarse con lo profundo, con el corazón del bebe, también entrarán en contacto con su propio dolor.

-¿Una reflexión sobre la Navidad?

-Sí, claro, ( abre un ejemplar de su último libro y lee ): "Cada mes de diciembre compartimos el ritual de recordar una vivencia sencilla y extraordinaria: la historia de una madre que atravesó su parto en medio de la naturaleza, entre sus cabras, sus asnos y sus bueyes, amparada por un hombre llamado José. Según algunos textos, José partió en busca de la partera pero cuando ésta llegó, Jesús ya había nacido. La mujer al mirar la escena exclamó: Ese niño que apenas nacido ya toma el pecho de su madre, se convertirá en un hombre que juzgará según el amor y no según la ley . Esa preciosa criatura fue recibida en una atmósfera sagrada, con el calor del establo y bajo el éxtasis de la mirada amorosa de su madre. Dos mil años más tarde aún estamos festejando el nacimiento de un niño en buenas condiciones y reverenciando el milagro de la vida".

Desde | La Nacion
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0 comentarios 12/21/2009

El momento del nacimiento, por Rosa Jove

Escrito por Viviana - Categoria , ,
El bebé acaba de nacer, ha estado nueve meses con usted y no es cuestión de cambiar eso en un minuto.

Las hormonas liberadas por la madre y por el bebé durante las contracciones y el parto no se eliminan inmediatamente, sino que se van elimninando poco a poco y son las responsables de que se establezca este vínculo afectivo entre la madre y su bebé. Este periodo se denomina "periodo sensible" y va a jugar un papel crucial en la relación materno-filial que se estabezca. Por ello es fundamental que todos los cuidados que se proporcionen a la pareja mamá-bebé durante este periodo tengan como premisa respetar este momento y no realizar ninguna intervención que implique separarlos o desviar la atención de uno hacia el otro.

De esta forma, la fisiología del posparto también evolucionará correctamente, favoreciendo, por ejemplo, que los niveles hormonales mantengan el útero contraído (evitando así la hemorragia posparto).

Este contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido tras el parto favorece no sólo el vínculo, sino que propicia:

La sincronía térmica.

Hay una sincronía entre la temperatura corporal de la madre (unos 36-37ºC) y el bebé. El bebé depositado sobre el pecho desnudo de la madre "sube" su temperatura de forma más rápida que envuelto en las mejores mantas y depositado en la más eficaz de las incubadoras.

La reducción del llanto del bebé.

Como todo bebé altricial, necesita del cuidado de otros para su supervivencia, por lo tanto, el no sentir a alguien cerca le provoca respuestas de llamada hacia el cuidador. Eso es el llanto del bebé separado.

Todos los bebés, al ser separados de la madre, responden con lo que se llama protesta de desesperación. Lloran ininterrumpidamente para conseguir volver a reunirse con la madre. Sólo dejan de llorar cuando ya no tienen fuerzas para seguir haciéndolo. El llanto prolongado provoca estrés y el bebé estresado cae en la desesperación. La temperatura corporal baja para ahorrar energías y poder sobrevivir más tiempo solo. La frecuencia cardíaca se hace inestable y la respiración se altera significativamente.

El bebé es colonizado por las bacterias de la madre.

Estar con la madre favorece la colonización del bebé de la flora bacteriana de la madre, lo que impide que otros gérmenes patógenos lo hagan, evitando así infecciones nosocomiales (infección contraída en el hospital).

La reducción del estrés.

Un recién nacido separado tiene a las seis horas de nacer el doble de cantidad de hormonas de estrés que un recién nacido que haya permanecido en contacto piel con piel con su madre.

Fomenta el inicio de la lactancia

Y la buena marcha de ésta, ya que el bebé dejado al pecho suele reptar e iniciar la lactancia por si solo. Pero sobre todo empieza a tomar calostro, de vital importancia para el recién nacido.

Fomenta la vinculación entre la madre y el hijo

No sólo en los primeros momentos, sino hasta edades muy prolongadas. "No hay un tiempo de separación seguro. La separación siempre daña. Lo correcto es no separar en absoluto" (Asociación El Parto Es Nuestro)

No olvidemos que el parto conlleva el nacimiento de un nuevo ser que tiene derecho a ser recibido con respeto a sus necesidades básicas, con seguridad pero con amor. [...]

Algunos se preguntarán cómo se va a llevar a cabo la exploración del recién nacido si no es separado de su madre. En la "Estrategia de atención al parto normal" del Ministerio de Sanidad y Consumo se exlpica que lo más importante, una vez el niño ya está en este mundo, es la identificación y el test Apgar. Las dos cosas pueden ser realizadas permaneciendo encima de su madre. Y cuando finalice este contacto precoz, (unos setenta minutos), entonces ya se puede realizar el pesado del niño, la profilaxis ocular, vitamina k... en presencia de los padres y con su consentimiento.

Es decir, que después de un periodo prudencial, son los padres los que deciden cuándo se le practican esas pruebas al bebé.

Hace unos años el equipo de Karolinska Institutet de Estocolmo realizó el siguiente estudio en el Hpspital 12 de Octubre: "Separation Distress Call in the Human Neonate in the absence of Maternal Body Contact". Querían estudiar los efectos de la separación sobre los bebés y tuvieron que venir hasta aquí porque las leyes suecas impiden la separación de madre-bebé tras el nacimiento.

[...]

El pinzamiento precoz del cordón umbilical interrumpe totalmente el aporte de oxígeno de la placenta antes de que los pulmones comiencen a funcionar y detiene la transfusión placentaria; es decir, la transferencia de un gran volumen de sangre (hasta el 50% del volumen total), cuya función es principalmente la de establecer la circulación a través de los pulmones del bebé para iniciar su funcionamiento.

[...]

Actualmente se consideran perjudiciales para el niño acciones como el aspirado de secreciones nasales o la introducción de sondas bucales y anales. No deje que se las practiquen a su hijo de forma rutinaria. El aspirado puede provocar un taponamiento de las fosas nasales (aunque sea por irritación e hinchazón) que impide la lactancia, y la introducción de sondas en un bebé que no gestiona el estrés (y que siente más dolor que un adulto) provoca estados de shock y ansiedad. Si el niño tuviera el orificio bucal obstruido se verá con la primera toma de leche de su madre, y el cierre del anal si no expulsara el meconio. Fácil, ¿no?

Extraido este texto del libro LA CRIANZA FELIZ de Rosa Jové

Resumido por Debora Arco
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martes, 15 de diciembre de 2009

0 comentarios 12/15/2009

Aquello que decimos

Escrito por Viviana - Categoria
Los niños creen en los padres. Cuando les decimos una y otra vez que son encantadores, que son los príncipes o princesas de la casa, que son guapos, listos, inteligentes y divertidos, se convierten en eso que nosotros decimos que son. Por el contrario, cuando les decimos que son tontos, mentirosos, malos, egoístas o distraídos, obviamente, responden a los mandatos y actúan como tales. Aquello que los padres -o quienes nos ocupamos de criar- decimos, seconstituye en lo mássólido de la identidad del niño.

Los niños no tienen más virtudes unos que otros. Ahora bien, el niño no suficientemente mirado, mimado, apalabrado y tomado en cuenta por sus padres, dará mayor crédito a sus discapacidades. Y sufrirá. En cambio el niño mirado y admirado por sus padres, amado a través de los actos cariñosos cotidianos, contará con una seguridad en sí mismo que le permitirá erigirse sobre sus mejores virtudes y al mismo tiempo reírse de sus dificultades.

Si nos damos cuenta que nuestros hijos sufren, si tienen la auto estima baja, si tienen vergüenza, si se creen malos deportistas, malos alumnos, o que no están a la altura de las circunstancias, si les cuesta hablar, relacionarse, jugar con otros, si suponen que son lentos, o si son víctimas de las burlas de sus compañeros; nos corresponde accionar a favor de ellos, ya mismo. Lo peor que podríamos hacer es exigirles que asuman solos sus problemas.

Podemos nombrar aquellas virtudes, recursos o habilidades que el niño sí dispone como individuo. Por ejemplo, que es un niño que siempre dice la verdad. Que nunca traicionaría a un amigo. Que es incapaz de lastimar a otro. Que observa y comprende a los que sufren. Que es generoso y tolerante. Decirles a los niños que son hermosos, amados, bienvenidos, adorados, nobles, bellos, que son la luz de nuestros ojos y la alegría de nuestro corazón; genera hijos seguros, felices y bien dispuestos. Es posible que las palabras bonitas no aparezcan en nuestro vocabulario, porque jamás las hemos escuchado en nuestra infancia. En ese caso, nos toca aprenderlas. Si hacemos ese trabajo ahora, nuestros hijos -al devenir padres- no tendrán que asumir esta lección. Porque surgirán de sus entrañas con total naturalidad, las palabras más bellas y las frases más gratificantes hacia sus hijos. Y esas cadenas de palabras amorosas se perpetuarán por generaciones y generaciones, sin que nuestros nietos y bisnietos reparen en ellas, porque harán parte de su genuina manera de ser. Pensemos que es una inversión a futuro con riesgo cero. De ahora en más… ¡sólo palabras de amor para nuestros hijos! Gritemos al viento que los amamos hasta el cielo. Y más alto aún. Y más y más.

(Extracto de un artículo del libro “Mujeres visibles, madres invisibles” de Laura Gutman)


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viernes, 11 de diciembre de 2009

0 comentarios 12/11/2009

Por una crianza con apego (y de calidad)

Escrito por Viviana - Categoria
Entre dos y cinco cuidadores adultos que generen vínculos de afecto con un lactante puede ser beneficioso, según los nuevos estudios que se han hecho sobre apego seguro en los bebés. Lo anterior modifica la teoría más difundida en orden a que la persona que debe generar este apego debe ser principal y exclusivamente la madre.

Lo anterior se hace cargo de la mayor presencia del padre en el cuidado del bebé y de otros agentes como familiares cercanos y guardadores y que un estudio realizado por Pampers y la Unicef, en conjunto con la Universidad Católica chilena verificó.

La investigación “El apego entre padres e hijos” rescató que un 94% de las mujeres declara haber sido acompañada durante el embarazo en distintos momentos por el padre, sin importar si estaban casados o no.

Asimismo, un 82% de los hombres se hizo presente en el parto, lo que verifica la política de las autoridades en cuanto a permitir partos más afectivos y menos traumáticos para la madre y el bebé y que se comprende en el programa Chile Crece Contigo.

El estudio, realizado por Collect GFK, se realizó en Santiago y consideró entrevistas telefónicas a 405 hombres y mujeres con hijos de 3 años o menos de los segmentos C1, C2, C3 y D.

Sin ser un estudio epidemiológico –que en Chile registran bajas tasas de lactancia- en esta oportunidad se verificó que el 33% de las mujeres da de mamar a su hijo hasta los 6 meses y entre los 6 meses y 1 año de vida lo hace el 44%. Asimismo, se constató que las mujeres que trabajan realizan grandes esfuerzo por seguir amamantando, pues un 41% lo hace aún cuando la guagua ya tiene 6 meses a 1 año.

También se comprobó que los chilenos manejan mayor información sobre las conductas que benefician el apego de los lactantes como hablarse mientras están en desarrollo intrauterino (92%), y colocarles música (un 80%).

Al momento del parto, que en el 62% de los casos fue normal y no cesárea, tanto la madre como el padre tuvieron oportunidad de tener contacto con el bebé.

Sin embargo, el estudio confirma que aún no se han producido cambios en los roles adscritos a los sexos, porque un 91% de los entrevistados declaró que al llegar el bebé a la casa, quien se hizo cargo de su cuidado fue la madre, mientras que sólo un 32% de los hombres encuestados dijo hacerlo. En un 12% la tarea la asume un familiar.

Mitos sobre el apego

La psicóloga de la UC, Pía Santelices, hizo ver que los chilenos aún sustentan algunos mitos que son negativos para el apego seguro y efectivo como el hecho de que un 30% de las personas cree mientras más cercana sea la relación con el niño “éste será más dependiente”, cuando todos los estudios indican que entre mejor se desarrolle el apego, el niño será más seguro y tendrá mejor autoestima.

Pía Santelices afirmó que la mayoría de los padres tiene prácticas que favorecen el buen vínculo temprano con sus hijos y que la evidencia de que las madres dar de mamar hasta los 7,9 meses del niño hace necesario revisar la legislación sobre el post natal de manera de alargarlo a los 6 meses.

Francisca Morales, de la Unicef, destacó que el estudio registre un cambio cultural favorable que promueve la presencia del padre en la infancia temprana, lo que resulta positivo para el vínculo. Y también que existe una promoción de éste en los servicios de salud.

Agentes de apego

La encuesta establece que un 24% de los niños asiste a sala cuna o jardín infantil, principalmente a partir del año de vida. De ellos, el 54% lo hace en jornada completa.

Pïa Santelices afirmó que los niños ven enriquecido su desarrollo si tienen más de un cuidador, más cuando éste puede tener alguna inhabilidad circunstancial como una madre con depresión post parto.

La psicóloga aseguró que hoy se postula que el bebé debe tener entre 2 a 5 adultos responsables para que de cada uno de ellos pueda rescatar experiencias beneficiosas que le sirvan en su desarrollo y los integre en su propio modelo.

O sea, aclaró, los adultos se deben complementar en esta generación de apego. Aclaró que en los últimos 20 años ha cambiado la teoría del apego seguro exclusivo de la madre, ampliándose la cantidad de cuidadores al servicio del niño.

“Se habla de función materna y función paterna que no necesariamente deben y pueden ser cumplidas por la madre y el padre”, dijo.

Asimismo, aclaró que el apego de calidad no necesariamente tiene que ver con la cantidad o presencia del padre/madre, sino que la sensibilidad y la calidad de la comunicación que se establezca con el bebé.

Desde | El Mercurio
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jueves, 26 de noviembre de 2009

0 comentarios 11/26/2009

Partera a los 16 años

Escrito por Viviana - Categoria
De la etnia mixe, oriunda del pueblo de Santa María Alotepec, Bertha Martínez ejerce como partera desde los catorce años y atiende, sobre todo, a las más jóvenes de su localidad, según explicó en entrevista con Efe...
Con sólo 16 años, Bertha Martínez Sebastián combina su asistencia a la escuela con su labor de partera tradicional en un aislado pueblo del estado de Oaxaca, sureste de México, donde ha atendido más de 40 partos en su corta existencia.

De la etnia mixe, oriunda del pueblo de Santa María Alotepec, Bertha Martínez ejerce como partera desde los catorce años y atiende, sobre todo, a las más jóvenes de su localidad, según explicó en entrevista con Efe.

Para ser atendidas en un hospital público, las mujeres embarazadas de esta población deben viajar durante cuatro horas para llegar a la ciudad de Oaxaca, capital del estado.

Bertha dijo que su corta edad ha generado la desconfianza de algunas mujeres, pero comentó que son cada vez más las que ponen a sus hijos en sus manos, en particular las más jóvenes de "entre 19 y 32 años" .

"La primera vez que ayudé en el parto, con 14 años, recibí a un niño. Como era la primera vez que asistía, al principio sí sentí miedo, pero ya que nació el bebé fue muy hermoso" , relató la joven partera.

En México, el número de parteras tradicionales es cada vez menor, aunque hay sitios, especialmente en las zonas indígenas y rurales del país, donde las mujeres aún conservan las técnicas de la medicina naturista, con el apoyo de la herbolaria, tal y como hace Bertha Martínez.

Lo común es que sea la madre o la abuela quien deje en herencia este oficio a sus descendientes e incluso hay quienes "sueñan" que serán parteras y manifiestan conocer las habilidades de esta práctica por medio del sueño, explicó.
En su caso, aprendió el oficio a través de organismos civiles que promueven métodos naturistas, entre ellas la organización Nueve Lunas, que tiene un programa de formación para parteras llamado "Luna Llena" .

Desde los 14 años, Bertha es miembro de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México y desde entonces asiste también a congresos internacionales y cursos de capacitación en Morelos y Chiapas, estados contiguos a Oaxaca.
En la también ciudad mexicana de Guadalajara aprendió recientemente técnicas de acupuntura, que utiliza en su pueblo para sanar a la población, con el apoyo de la Asociación para la Preparación de Acupunturistas Indígenas, organismo que ayuda a promover la salud en sus comunidades.

Bertha combina su labor de partera con las clases escolares del tercer nivel de bachillerato, que estudia gracias al apoyo de una beca, y que planea continuar hasta llegar a ser médico profesional, aunque su meta es conocer la medicina naturista y las funciones completas del cuerpo humano.

Hasta ahora, una de sus prioridades ha sido utilizar y promover el uso de plantas medicinales para sanar enfermos.

"A mí me gusta decir que siempre es mejor con plantas medicinales porque no contienen tantos compuestos químicos, son algo natural que conocían nuestros antepasados y es una herencia que tenemos y que debemos aprovechar" , señaló.

La casa de Bertha es también su consultorio. Ahí proporciona consejos y tratamiento a quienes llegan tanto por embarazo como por tener algún malestar corporal.

Aunque también realiza visitas a las casas de sus pacientes, pues la mujer embarazada de las poblaciones indígenas prefiere tener un alumbramiento en su hogar y rodeada de los miembros de la familia.

Para Bertha Martínez, ser una adolescente partera no es algo sencillo, menos cuando intenta recuperar los conocimientos de herbolaria que los nativos de estas tierras conocían en detalle, muchos de los cuales se han perdido.

Desde | El Universal
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lunes, 23 de noviembre de 2009

0 comentarios 11/23/2009

Vínculo parental (Attachment Parenting)

Escrito por Viviana - Categoria
La idea del "vínculo paternal" o "attachment parenting" se remonta a los años cincuenta, con los famosos estudios del psiquiatra John Bowlby. El apego entre padres e hijos es "una necesidad biológica" y algo común en todos los primates, sostiene Bowlby. En cada fase de crecimiento, los niños (las crías) buscan la proximidad, el contacto y la protección de una persona adulta. Durante siglos, ésa ha sido la clave de la supervivencia.

Pero las sociedades modernas avanzan -es un decir- en sentido contrario. La separación traumática entre madres e hijos comienza ya en el parto hospitalario, por no hablar de la distancia con las que muchas mujeres viven sus propios embarazos, siempre a expensas de lo que certifique el "experto".

El mundo laboral, diseñado por los hombres y para los hombres, pasa como una apisonadora sobre muchísimas mujeres que no tienen elección: familia o trabajo. Nadie parece plantearse el impacto emocional que causa a madres y niños la separación al cabo de cuatro meses, ni cómo esa ruptura forzosa afecta a la salud y a la vida emocional del pequeño, que se pasa la mayor parte del día en brazos ajenos, enganchado al falso consuelo del chupete y del biberón.

Las barreras en las familias se van haciendo cada vez más altas, y pronto vendrá la maratón de actividades extraescolares. El caso es estirar las jornadas de los niños tanto como las nuestras, cubrir lo más posible las ausencias y reducir los "lazos" entre padres e hijos a un beso de buenas noches. A veces ni eso.

La antropóloga Margaret Mead realizó hace cuatro décadas un estudio entre varias tribus del mundo y demostró que las más violentas eran las que privaban a los niños del contacto físico con los padres a edad temprana.

La doctora Marcelle Geber tuvo la osadía de comparar la "tribu" europea y sus "civilizadas" costumbres (bebés al biberón, en habitaciones separadas, empujados en carritos) con 308 niños criados a la vieja usanza en Uganda (amamantados a demanda, compartiendo cama, a lomos de sus madres). Su conclusión: los niños africanos aventajaban a los blancos en capacidad motriz y en capacidad intelectual durante el primer año.

Y así llegamos hasta el doctor William Sears, padrino del "attachment parenting", más de una década rebelándose contra la pediatría oficial y promoviendo una relación más cercana y armoniosa entre padres e hijos. Sus consejos han servido de acicate para miles de padres de todo el mundo, reunidos en Attachment Parenting International, que cuenta ya con grupos en países europeos como Gran Bretaña, Holanda y Alemania.

Según William Sears, los cimientos del "vínculo" se crean en el alumbramiento, en ese "período sensitivo" tan común al de todos los mamíferos y tan ajeno a los asépticos protocolos hospitalarios. La lactancia, advierte, es una fuente de alimento no sólo material sino también emocional para un niño en los primeros meses de vida.

Sears aconseja cargar con todo lo posible con los niños, en brazos o colgados, pero manteniendo la proximidad física y el contacto. El pediatra del "apego" defiende a capa y espada las virtudes de la cama familiar o colecho y resume sus siete "mandamientos" en dos: cree en el llanto de tu hijo y ¡cuidado con los "expertos"!
Como respuesta a tantos y tantos libros "crueles y despiadados", el pediatra Carlos González decidió precisamente escribir "Bésame mucho". "Creo, sinceramente, que los padres lo harían mucho mejor si no hubieran existido todos esos manuales que incitan a desconfiar de los niños y a tratarles con total desprecio".

"No quiero entrar en lo que es bueno o malo para el niño a largo plazo, si va a ser más o menos inteligente porque duerma contigo o los lleves en brazos", afirma Carlos. "Lo que los niños necesitan, hoy y ahora, es afecto y proximidad. Y lo que han aconsejado por desgracia los "expertos" durante muchos años es justo lo contrario, hasta el punto de prohibir casi el contacto entre madres e hijos".

El autor de "Bésame mucho" nos recuerda los experimentos con gorilas que se "olvidan" de cómo ser madres cuando las meten en la jaula. A los hombres y a las mujeres, sostiene, nos pasa algo similar: vivimos en estado de cautividad, confinados en ambientes artificiales, atrapados por normas culturales y alejados de nuestros instintos y nuestros imperativos biológicos.

González pone sobre el tapete un estudio comparativo sobre la crianza de los niños en varias culturas, publicado hace cuatro años en la revista "Pediatrics"... En 25 de 29 sociedades, los niños dormían con la madre o con los dos padres. En 30 de 30, los niños eran trasportados en brazos o a la espalda. En todas ellas se les amamantaba a demanda y la edad media del destete estaba entre los dos y los tres años.

El pediatra rompe también con el mito de que los hombres se han lavado las tradicionalmente las manos, y se remite a "La Historia Natural de la Paternidad" de Susan Allport: "El alejamiento del padre es fruto de la revolución industrial. Los padres han trabajado toda la vida en casa o han velado por la protección de sus hijos. Su papel puede cambiar, como lo está haciendo ahora, pero hay que acabar con ese mito".

Años de experiencia como padre y de consulta como pediatra, le han permitido también a Carlos González conocer muy de cerca el dilema de tantas familias de hoy en día... "Eso del tiempo de calidad es un cuento. Con los niños hay que estar, simplemente estar, y no obsesionarse con cronometrar los minutos que se pasa con ellos y aprovecharlos al máximo para hacer algo importante".

Desde | En buenas manos
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martes, 10 de noviembre de 2009

0 comentarios 11/10/2009

Los Embajadores de Buena Voluntad de UNICEF aparecen en anuncios de vídeo en favor de los derechos del niño

Escrito por Viviana - Categoria
Un grupo de Embajadores de Buena Voluntad de UNICEF se han unido para conmemorar el 20º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño en unos anuncios de servicio público destinados a llamar la atención sobre este innovador pacto internacional de derechos humanos. La Convención cumple 20 años el 20 de noviembre.

En los anuncios de servicio público de 30 segundos, los prominentes partidarios de UNICEF promueven las numerosas causas que son tan importantes para ellos. La actriz y activista Mia Farrow, por ejemplo, habla sobre el derecho del niño a estar protegido contra la violencia. El pianista clásico Lang Lang aborda el derecho a jugar. Y la modelo y empresaria Claudia Schiffer habla sobre el derecho a recibir una educación de calidad.

"El derecho de todo niño"

En su anuncio de televisión, la cantante y compositora Angélique Kidjo dice: "Para demasiados niños en esta tierra, estar vivo es estar en el infierno. Obligados a luchar en las guerras... concebidos para realizar trabajos nocivos... explotados sexualmente. o víctimas de la trata fuera de sus casas y sus familias. Seamos claros: El derecho de todo niño es estar libre de cualquier tipo de daño".

La campaña de anuncios de servicio público también cuenta con la presencia de Su Majestad la Reina Rania Al-Abdullah de Jordania, el cantante y productor Youssou N'Dour, el actor Ewan McGregor y el cantante y compositor argentino-venezolano Ricardo Montaner, entre otros.

Vea la serie completa de anuncios de servicio público en el sitio web de UNICEF donde se conmemora el 20º aniversario de la Convención, www.unicef.org/rightsite. En las próximas semanas se incorporarán más anuncios de servicio público.

Vidas reales, cambio verdadero


El autor de éxito Ishmael Beah, Primer Abogado de UNICEF para los niños afectados por la guerra, participó en la campaña porque él mismo comprendió un día de primera mano la importancia de la Convención. A la edad de 13 años fue reclutado para luchar en la guerra civil en Sierra Leona, y dos años después -con la ayuda de UNICEF- logró escapar y comenzar una nueva vida.

La Convención prohíbe el reclutamiento de niños menores de 18 años en conflictos armados.
"Cuando la gente habla acerca de los derechos, a veces piensan que solamente existen en el papel", dice el Sr. Beah. "En realidad se trata de proteger la vida humana, y si usted no puede protegerla desde la infancia, cuando es joven, cuando es vulnerable, entonces ya no hay vida más adelante."
En los viajes del Sr. Beah alrededor del mundo en nombre de UNICEF, ha visto a niños como él, cuyas vidas son tan resistentes que merecen una segunda oportunidad.

Todos los derechos, todos los niños

Los embajadores esperan poder ayudar a llamar la atención del mundo sobre la Convención, un tratado internacional jurídicamente vinculante que ha ayudado a moldear la legislación, que orienta la labor de las organizaciones no gubernamentales y que ha cambiado las vidas de millones de niños.

Sin embargo, la Convención no ha logrado garantizar aún los derechos y los servicios básicos, la protección contra la explotación y una vida mejor para todos los niños del mundo.

"Los derechos del niño no se están cumpliendo", dice la Sra. Farrow, que ha pasado los últimos 10 años viajando en nombre de UNICEF a algunas de las zonas del mundo más afectadas por los conflictos, incluida la región de Darfur, en el Sudán, Angola, la República Centroafricana y Haití. "La indignación me acompaña todos los días", añade.

Una responsabilidad compartida

Lo que la Convención necesita en primer lugar -y lo que los embajadores esperan lograr- es el reconocimiento básico de que los niños tienen derechos y que toda persona tiene la responsabilidad de mantenerlos.

"Tenemos que abrir los ojos un poco más, abrir nuestros corazones y ser más activos en la promoción de los derechos del niño", afirma la Sra. Farrow, "hasta el nivel en el que realmente influya en cada familia, en cada adulto y, finalmente, en cada niño"

Desde | Unicef

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viernes, 30 de octubre de 2009

0 comentarios 10/30/2009

Inma Marcos, Comadrona Independiente española

Escrito por Viviana - Categoria
Con cuatro años de edad tenia muy claro que quería ser comadrona, me gustaba mirar y leer los libros de mi madre, revistas sobre bebés y nacimientos y de niña a menudo iba a ver al hospital a mi madre estando ella de guardia. Ella me enseñaba los bebés, y yo crecí sintiendo el mundo de la maternidad muy cercano. Comencé a ir como auxiliar de clínica de mi madre al hospital en algunas de sus guardias. Allí los partos eran muy medicalizados y la comadrona no tenia mucha autonomía.

A los 22 años tuve mi primer hijo y fué un parto muy duro, largo e intervenido. Tuve la mala suerte de romper bolsa con el cérvix duro, formado y cerrado. Después de 17 horas terminó en espátulas sin analgesia. Lo pasé tan mal que se me pasaron las ganas de estudiar comadrona algun día, yo estaba justo terminando los estudios de enfermería. Le dije a mi madre que eso de parir era terrible y que ser comadrona era un horror, siempre rodeada de mujeres sufriendo y no querría estudiar comadrona. En aquel entonces (1988) se habían cerrado las escuelas de comadronas y de todos modos no se podía estudiar.

Empezé a trabajar como enfermera en hospital. Durante dos años y medio estuve trabajando en Urgencias del Hospital Clínico de noche, era un trabajo muy intenso y yo me sentía a gusto, ninguna intención de cambiar. No me renovaron contrato por estar embarazada al final de mi embarazo y tuve mi segundo hijo en ese hospital en el año 1992, un parto también medicalizado pero eutócico, pedí al ginecólogo que no me cortara la episiotomía cuando le vi la tijera en la mano, pero me la hizo diciendo que no quería que yo tuviera incontinencia urinaria en el futuro. En aquella ocasión mi madre que tambien fué mi comadrona procuró por todos los medios que yo no sufriera tanto y tuve tres dosis de petidina y una peridural que no hizo efecto al final. Mi hijo estuvo ingresado por distress respiratorio a causa de las petidinas durante tres días.

A Finales del año 1993 salieron por fin las pruebas de acceso para estudiar comadrona y yo me presenté "obligada" por mi madre, me insistió tanto que me presenté con la idea de no tener que escucharla, y segura que no superaría ese examen. Se presentaban unas 6000 enfermeras y solo había 120 plazas en toda España.

Mi madre fué a la biblioteca de la Unidad Docente de Bellvitge y fotocopió todas las preguntas y respuestas de las autoevaluaciones de las revistas Nursing y ROL de enfermería y me las trajo en un paquete, me instó a estudiar mucho y me llamaba cada noche para preguntarme si estaba estudiando o no, y como lo llevaba. No estudié mucho, pero lo leí casi todo. En aquella época tenía mis hijos muy pequeños, trabajaba y cuidaba tambien de mi suegro que estaba con Alzheimer terminal en mi casa.

Luego en el examen muchas preguntas las sabía por que estaban entre las que mi madre me fotocopió. Había mucha gente, recuerdo que empezaron a nombrar para entrar a examinarse por orden alfabético, en mi grupo empezaron por la G, y tres cuartos de hora más tarde me tocó a mi: Marcos. Eran aulas enormes, en la Universidad de Arquitectura con capacidad para 250 personas y había por lo menos 8 aulas llenas. Y eso en Barcelona, porque el examen era en Barcelona, Santiago de Compostela o Madrid.

Yo pensaba que sería imposible que yo tuviera plaza para estudiar matrona entre todas esas personas.

A las dos semanas supe que SI!! tenía el número 60 de orden!! La número 1 de examen de toda España sacó 80 preguntas bien de las 100 (eran muy enrevesadas, aunque lo supieras no lo acertabas), yo saqué 75 bien y 25 mal porque las contesté todas.

En marzo de 1994 fuí con mi madre a Madrid a escoger el destino, y el 1 de abril empezé mi formación de dos años. Me formé en el Valle Hebrón de Barcelona.

Mi formación fué muy dura, en este centro los partos son muy medicalizados e intervenidos, la autonomia de las matronas raya el 0 y la frase "Esto no es mi trabajo y no tengo por que hacerlo" flotaba en el aire.

De entrada el inicio de la nueva formación de comadronas estaba boicoteada por la SEGO, cuyo presidente era el Jefe de Servicio del hospital donde yo estaba. Me prohibieron asistir ningún parto y "ponerme un guante", me escondieron las primeras semanas en la sala de Monitorización. El ambiente se fué relajando poco a poco por que yo colaboraba mucho con el equipo. Había mucho trabajo y necesitaban manos, yo hacía todo lo que podía. Llegué a asistir 8 partos en ese período.

En el mes de septiembre se levantó el boicot y pude asistir más partos, pero cada uno era una pelea, por que siempre ponían a los residentes de gine de primer año por delante. Muchas veces tenía que esconderme en los lavabos a llorar de desesperación. Nadie del equipo se hacia cargo de mi formación. Las comadronas estaban despechadas y excepto unas pocas que me cuidaron bien me trataban como una intrusa. Entonces lo que sé de partos me lo enseñaron los residentes de obstetricia.

En este hospital la norma es la monitorización interna y todas las cabecitas de los bebés la sufrían. Hoy en día me arrepiento terriblemente, pero debido a ello monitoricé internamente cientos de mamás, no me quedaba otra, yo allí no tenia ninguna autonomía y solo cumplia órdenes. Yo al menos lo intentaba hacer con el máximo cuidado. También se revisaban todos los cérvix después del parto, fueran partos eutócicos o instrumentados, y tuvieran o no las madres anestesia peridural. Ponían valvas en vagina y tiraban del cervix con pinzas de Foster. Esa manera de trabajar no la he visto nunca luego en otros centros hospitalarios donde he trabajado.

Terminé mi formación el 30 de marzo de 1996 teniendo muy claro lo que yo no haría jamás a una mujer de parto.

Empezé a trabajar en un hospital comarcal a 20 km de mi casa (Parc taulí de Sabadell) donde la autonomía profesional de las comadronas era mayor. Todos los partos normales por norma eran de comadrona. Habia muy buen ambiente y yo estaba muy contenta. Hice suplencias en cuatro hospitales más pero mi contrato más largo era en este hospital.

Yo era entonces una defensora a ultranza de la lactancia materna y estaba metida en asociaciones pro-lactancia, tuve mi tercer hijo en este hospital. Fué un parto natural con las limitaciones hospitalarias: Monitorización continua excepto cuando yo me la arranqué en el pre-expulsivo, via endovenosa, posición para parir semitumbada en litotomia. Al menos no tuve desgarro ni episiotomía y mi hijo pudo disfrutar contacto inmediato piel con piel sin seccionar cordón. Me atendió una compañera que yo había elegido.

Estuve un año dedicada a mi hijo sin trabajar y luego me reincorporé. Me volví más que antes una defensora del parto natural y pude atender muchos partos naturales en hospital, pero siempre tenía que trabajar defendiéndome y defendiendo a las mujeres. El ambiente no favorecía nada. Mi meta entonces era lograr que los partos en hospital se parecieran lo más posible a los partos en casa. Luego el tiempo me ha demostrado que el parto más natural y menos intervenido en hospital no es comparable a un parto en casa.

Me preguntaban por qué no asistía partos en casa y yo decía que admiraba mucho a los que lo hacían, que eran unos valientes, pero que hasta que las cosas no estuvieran aquí tan organizadas como en Holanda yo no daría el paso.

Sucedió a finales del año 2000 que a causa de una alergia al látex se me denegó la plaza fija en el hospital en que yo llevaba 5 años trabajando.

Me consideraron no apta para trabajar en zona quirúrgica y me daban a cambio una plaza de enfermera en consultas externas del mismo hospital.

Yo me hundí en la desesperación más absoluta. Se me estaba diciendo que debía dejar de ejercer mi profesión, no podría recibir más bebés. Siempre me quedaba la atención primaria, pero....

Recibí muchos apoyos y animos desde la lista de parteras comadronas (era esa la que funcionaba mas fuerte aquellos días).

Pero el email que me hizo ver la luz al final del tunel fué el de Jesús Sanz, comadrón de Tenerife que me lanzó la idea.

Recuerdo que me escribió algo así como: "Ya que no te dejan trabajar en zona quirúrgica, ¿por qué no te vas a zona no quirúrgica? ¡Lánzate a los partos en casa!

Y fué ahí cuando me di cuenta que eso era lo que yo quería hacer y me puse en ello.

Antes de eso llevábamos como mínimo un par de años compartiendo muchas cosas via internet. Gracias a Jesús y unos cuantos más se me abrió delante un mundo que no conocía mucho. Tuve acceso directo a toda la sabiduría de personas como Jesús, como Raquel Schallman, y muchas otras.

Ningún libro de obstetricia me ha enseñado lo que me han enseñado ellos.

Bueno, ahora estoy segura de que alguien allá arriba se lo montó para que yo tuviera alergia al látex. Por que estaba claro que yo tenia que hacer lo que ahora hago.

Es decir recibir la Vida a este mundo de la manera más digna y respetada que se puede concebir.

Así fué como acabé asistiendo partos en casa , y ahora ya llevo unos 250 partos asistidos. Y todos y cada uno de ellos me siguen enseñando. Nunca encontré dos iguales.

He tenido algunas complicaciones y situaciones graves, pero de momento las he sabido resolver y espero que en el futuro podré seguir haciéndolo.

Desde | Comadronas Radicales

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miércoles, 28 de octubre de 2009

0 comentarios 10/28/2009

Madres sin leche: el fin de un mito

Escrito por Viviana - Categoria
Según se desprende del estudio realizado por profesionales del ABS Parets y el DAP Mollet del ICS",las encuestas indican que las madres dejan de lactar a sus hijos mayoritariamente por hipogalactia (poca leche), pero la hipogalactia no es una enfermedad, ni una deficiencia natural, sino la consecuencia de un cúmulo variado y complejo de motivaciones psicológicas, sociales, económicas, junto con creencias, mitos y tabúes".
"La discrepancia entre aquellas madres que son capaces de amamantar a sus hijos y aquellas que lo consiguen pone en evidencia que el "fallo" es más de las personas que deben apoyar a las mujeres, que de las propias mujeres que intentan lactar."

Coincidiendo con estos resultados la WABA, red mundial pro-lactancia que trabaja en colaboración con el UNICEF, considera como INFORMACIÓN CLAVE a transmitir que prácticamente todas las madres pueden dar de mamar a su bebé.

Es importante contar con el apoyo y ayuda de familiares, amigas, personal de la salud y empresarios. La inseguridad sobre la propia capacidad para producir leche, el miedo a que el bebé se quede con hambre, el llanto del bebé, la creencia popular de que la cantidad de comida ingerida es directamente proporcional a los periodos de sueño y la inadecuación del peso del bebé a las tablas en uso, son las razones principales que suelen llevar a las madres a pensar que padecen hipogalactia, tal como viene registrando ALBA-LACTANCIA MATERNA, asociación de apoyo a la lactancia que atiende anualmente más de 2000 consultas, situación que puede verse agravada si además existe una técnica de lactancia inadecuada.

Sin embargo, cuando a esas mismas madres se las informa del manejo básico de la lactancia materna y se las tranquiliza respecto a sus dudas y temores al tiempo que tienen ocasión de observar a otras madres en situaciones similares a la suya seguir adelante con sus lactancias, pronto desaparecen sus miedos y amamantan felizmente sin problemas de producción de leche.

Madres que ya estaban con lactancia mixta o que incluso hacia ya días que no amamantaban han relactado sin problemas y han seguido con lactancia materna exclusiva durante meses.

La conclusión es clara: Puede que existan madres sin la suficiente información pero difícilmente existen madres sin capacidad para producir leche.

Inma Marcos
Comadrona

Desde | Holistika

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lunes, 26 de octubre de 2009

0 comentarios 10/26/2009

Escritora francesa culpa al machismo de que el parto sea doloroso

Escrito por Viviana - Categoria
* El dolor es consecuencia de la actual "cultura del miedo" impuesta por el sexo masculino.
* Durante 25 años recorrió el mundo para observar cómo se da a luz en las distintas culturas.
* "El parto en verdad está ligado al corazón, dar a luz es algo sagrado, como hacer el amor".
El parto es un acto violento, pero no tiene por qué ser doloroso, aseguró la escritora francesa Muriel Bonnet, quien opinó que el dolor es consecuencia de la actual "cultura del miedo" impuesta por el hombre.

La autora de "El nacimiento, un viaje. El parto a través de los pueblos" explicó que el miedo produce adrenalina, que pone en tensión a las mujeres, por lo que se endurece el músculo del útero y eso genera el dolor.

Acusó a los hombres de imponer el mundo masculino de fuerza sobre el femenino y dijo que esta dominación está causada, a su vez, por el miedo "al poder de la diosa de la creación".


"Es una lucha de poder. Los hombres quitaron a la partera su poder natural de ayudar a sus hermanitas, a sus hijas, a dar a luz y ahora las mujeres tienen que luchar para retomar su derecho natural de apoyar a las otras mujeres para dar a luz", sostuvo.

Cuando el mundo femenino recupere su lugar habrá equilibrio entre hombres y mujeres, aseguró Bonnet, quien durante 25 años recorrió el mundo para observar cómo se da a luz en las distintas culturas.

No hay que dominar al hombre

Aclaró, sin embargo, que no se trata de dominar al hombre, sino de que este ocupe su rol de compañero de la mujer y que la apoye, y que ambos se den la libertad que les corresponde.

Bonnet recordó su primer parto, cuando tenía 23 años, como algo envuelto en una nube de temor e ignorancia, durante el cual usó la epidural, los fórceps y el parto común en el hospital, porque no conocía otras opciones.

Relató que su segundo alumbramiento fue de mellizos y a "cuatro patas", lo que rememoró como una experiencia más sencilla, natural y agradable.

"En otras culturas, el parto no cuesta tanto trabajo, es algo simple", señaló.

Por ello buscó a parteras basadas en la trasmisión familiar ancestral de conocimientos en México, la Amazonía, Canadá, Europa, África o la India.

Dar a luz es algo sagrado

"El parto en verdad está ligado al corazón, dar a luz es algo sagrado, como hacer el amor, pero en la sociedad actual nos olvidamos", explicó.

"En un mundo donde la mujer está integrada en su entorno natural, nace el bebé como un orgasmo", indicó, tras señalar que a través de las mujeres "pasa toda la energía de la vida".

Las mujeres jóvenes sienten esa fuerza que les causa "envidia y miedo", y de ahí nace la enemistad entre suegras y nueras, cuando, según explicó, no debería ser así, ya que "si tienen buenos hombres es porque su mamá ha hecho un buen trabajo".

"Hay que reflexionar sobre cómo queremos que nazcan nuestros hijos y cómo queremos que los reciba el mundo", concluyó le escritora.

Desde | 20 minutos

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viernes, 23 de octubre de 2009

0 comentarios 10/23/2009

Cólicos en bebés amamantados

Escrito por Viviana - Categoria ,
Es un post largo, pero les juro que vale la pena leerlo !
El cólico es un misterio de la naturaleza. Nadie sabe realmente lo que es, pero todos tienen una opinión al respecto. En una situación típica, el bebé comienza a tener períodos de llanto más o menos dos o tres semanas después de nacido. Esto ocurre generalmente al atardecer, y los episodios terminan aproximadamente a los 3 meses de edad del bebé (ocasionalmente más tarde). Cuando el bebé llora, por lo general está inconsolable, aunque si se lo pasea, mece o se lo lleva en auto o tren puede mejorarse temporalmente. Para que se considere que un bebé sufre de cólico es necesario que el bebé esté aumentando bien de peso y que se le vea saludable.

La noción del cólico se ha propagado tanto, que cualquier estado de inquietud o llanto del bebé se atribuye al cólico, y esto puede ser válido, ya que nadie sabe lo que es el cólico. No hay un tratamiento específico para el cólico, aunque se han intentado muchos medicamentos y estrategias de comportamiento, pero sin un beneficio comprobado. Admitimos que siempre alguien sabe de una persona que curó a su bebé de cólico de cierta forma. También admitimos que casi todos los tratamientos parecen servir, de forma temporal.

Bebés alimentados con leche materna que sufren de cólico

Aparte del cólico que pueda tener cualquier bebé, se conocen tres situaciones en las que el bebé alimentado con leche materna puede estar quisquilloso o mostrar signos de cólico. De nuevo, se asume que el bebé está aumentando de peso adecuadamente y que está saludable.

El bebé toma de ambos pechos en cada mamada.

La leche humana cambia durante la toma. Una de estos cambios es el incremento de grasa a medida que el bebé toma del mismo pecho. Si la madre pasa al bebé de un pecho al otro durante la toma, antes de que el bebé haya “terminado” el primero, el bebé puede estar recibiendo una baja cantidad de grasa durante la mamada. Como resultado, el bebé recibe menos calorías y por lo tanto se alimenta con mayor frecuencia. Si toma mucha leche (para compensar la reducida concentración de calorías), el bebé puede devolverla. Debido al nivel bajo de grasa en la primera leche, el estómago se vacía rápidamente y llega al intestino una gran cantidad de lactosa (leche azucarada). La proteína que ayuda a digerir la lactosa no puede procesar de repente tanta leche azucarada y el bebé tendrá los síntomas de una intolerancia a la lactosa; llanto, gases, y deposiciones explosivas, aguadas y verdosas. Esto puede suceder aún durante la toma. Estos bebés no presentan intolerancia a la lactosa. Tienen problemas con la lactosa por la clase de información que reciben las mamás sobre la lactancia materna. Esta no es una razón para cambiar a una fórmula sin lactosa.

¿Cómo solucionarlo?

a. No controle el tiempo de las mamadas. Las madres de todo el mundo han alimentado a sus bebés en forma exitosa sin haber controlado el tiempo. Los problemas de lactancia son más frecuentes en sociedades donde todos tienen un reloj que en aquellas que no lo tienen.
b. La madre debe alimentar al bebé de un pecho, mientras que el bebé se siga alimentando o hasta que el bebé se retire por sí mismo, o se duerma. Si el bebé se alimenta solamente por un rato corto, la madre puede comprimir su pecho para que el bebé continúe mamando. Sírvase notar que el bebé puede permanecer en el pecho materno durante dos horas, pero realmente tomar leche sólo durante unos pocos minutos. En este caso, la leche que tomó el bebé puede ser relativamente baja en grasa. Esta es la razón para comprimir el pecho. Si, después de “terminar” del primer lado el bebé aún quiere más, ofrézcale el otro pecho.
c. En la siguiente toma, la madre debe comenzar del otro pecho, en la misma forma.
d. El cuerpo de la madre se ajustará rápidamente al nuevo método, y no se le acumulará la leche en un solo pecho o se le agrandará un pecho más que el otro.
e. No es necesaria una “regla” en el sentido de alimentar al bebé de ambos pechos en cada mamada, tampoco debe haber una regla para un pecho por toma. Deje que el bebé termine de un pecho (comprima la leche en su boca para que siga pasando leche por más tiempo) pero si él quiere más, ofrézcale el otro lado.
f. En algunos casos, puede ayudar alimentar al bebé dos o más veces de un lado antes de pasarlo al otro pecho para dos o más tomas.
g. Este problema empeora si el bebé no está colocado al pecho adecuadamente. Una colocación apropiada es la clave para facilitar la alimentación con leche materna.

Reflejo hiperactivo de bajada de la leche.

Un bebé que toma mucha leche muy rápidamente puede ponerse inquieto, muy irritable en el pecho y puede ser considerado como un bebé que sufre de “cólico”. Típicamente, el bebé aumenta bien de peso, a veces después de unos segundos o minutos comienza a toser, atorarse y ponerse inquieto. Es posible que entonces se retire del pecho y por lo general derrame la leche de la madre. Después de esto, el bebé frecuentemente regresa al pecho, pero, se ve molesto y se puede repetir la misma situación. Puede sentirse descontento por el flujo rápido de leche, e impaciente cuando disminuye el flujo. Esta situación puede ser muy cansada para ambos. En raras ocasiones, un bebé puede llegar a rechazar el pecho después de varias semanas; esto por lo general sucede hacia los tres meses de edad.

¿Qué se puede hacer?

a. Si aún no lo ha hecho, trate de alimentar al bebé con un pecho por toma. En algunos casos, hacer mamar al bebé de un solo pecho hasta en dos o tres tomas, puede ser favorable. Si siente que está muy lleno el otro pecho, exprima sólo lo necesario para sentirse aliviada.
b. Alimente al bebé antes de que se torne ansioso. No prolongue la alimentación ofreciéndole agua (un bebé lactante amamantado no necesita agua aún en climas muy cálidos) ni chupete. Un bebé ansioso “atacará” el pecho y esto ocasionará un reflejo muy activo de baja de leche. Alimente al bebé tan pronto como él manifieste cualquier signo de apetito. Si él está todavía medio dormido, aún mejor.
c. Si es posible, alimente al bebé en una atmósfera calmada, relajada. La música fuerte, luces fuertes y mucha acción no favorecen una alimentación exitosa.
d. Recostarse para alimentar, algunas veces funciona bien. Si no ayuda recostarse de medio lado, trate de recostarse de espaldas colocando al bebé encima de usted para mamar. La gravedad ayuda a disminuir el flujo.
e. Si tiene tiempo, exprima algo de leche (20/30 ml aproximadamente) antes de alimentar al bebé.
f. Al bebé le puede molestar el flujo tan rápido de leche, pero también puede molestarse cuando el flujo disminuye mucho. Si cree que el bebé está molesto porque el flujo es muy bajo, comprimir el pecho ayudará para mantener un buen flujo de leche (Compresión del Pecho).
g. Esta dificultad empeora cuando el bebé no está colocado adecuadamente al pecho. Una buena colocación al pecho es la clave para facilitar la lactancia materna.
h. Algunas veces, ofrecerle al bebé lactasa comercial (la enzima que metaboliza la lactosa), 2-4 gotas antes de cada alimentación, mejora los síntomas. Esta enzima se puede comprar sin receta, pero es costosa y no siempre funciona.
i. Un protector para el pezón puede ayudar (pezonera), pero solamente lo debe utilizar cuando no ha tenido éxito con ningún otro método.
j. Como un último recurso, en lugar de comenzar con fórmula, puede ofrecerle al bebé leche materna exprimida.

Proteínas extrañas en la leche materna.

Se ha demostrado que algunas proteínas provenientes de los alimentos que ingiere la madre pueden aparecer en la leche materna y afectar al bebé. Se cree que los casos más comunes se deben a la proteína de la leche de vaca. También se han encontrado otras proteínas en la leche de algunas madres. El hecho de que aparezcan estas proteínas y otras sustancias en la leche materna, no necesariamente es negativo. Ciertamente es algo bueno. Si tiene dudas al respecto, pregunte.
Por lo tanto, para el tratamiento de un bebé con cólicos alimentado con leche materna, un paso sería que la madre suspenda los alimentos lácteos. Esto incluye la leche, queso, yogurt, helado y cualquier otro alimento que pueda contener leche. Cuando la proteína de la leche ha sido alterada, como cocinándola por ejemplo, no debería haber problemas. Si tiene alguna duda, pregunte.

Favor notar: La intolerancia a la proteína de la leche no tiene relación con la intolerancia a la lactosa. Una madre que tiene intolerancia a la lactosa, debe seguir alimentando a su bebé.

Método sugerido:

a. La madre debe eliminar los productos lácteos durante 7-10 días.

b. Si no ha habido ningún cambio, la madre puede reiniciar el consumo de productos lácteos.

c. Si ha surgido un cambio favorable, la madre debe reiniciar lentamente el consumo de productos lácteos, si estos son parte de su dieta normal (no es necesario tomar leche para producir leche). Algunos bebés no toleran nada de productos lácteos en la dieta de la madre, pero la mayoría normalmente aceptan algo. La madre aprenderá a determinar la cantidad de productos lácteos que puede tomar sin afectar al bebé.

d. Si la cantidad de calcio de la madre es inadecuada, debe agregar suplementos a su dieta. Pregunte a su doctor si tiene dudas. Suspender los productos lácteos durante una semana no causará ningún problema. Se ha demostrado que la lactancia materna puede proteger a la mujer contra la osteoporosis aún cuando no tome calcio extra. Y el bebé recibirá todo lo que necesita.

e. La madre debe ser cuidadosa eliminando muchos alimentos de su dieta. Muchas personas conocerán a alguien sus cuyo bebés mejoraron mejoró si cuado la madre suspendió el consumo de brócoli, carne de vaca, banana, pan, etc. La madre puede llegar a estar comiendo sólo arroz. Nuestras dietas son muy complejas para estar seguro de qué está afectando al bebé.

Debe ser paciente, esta dificultad se mejora de todas formas. La fórmula no es la respuesta, aunque algunos bebés pueden mejorar con el biberón por el flujo continuo que éste ofrece. Pero la fórmula no es leche materna. En realidad el bebé puede mejorar la lactancia con leche materna, más que con el biberón, por la regularidad del fujo. Aún si nada funciona, su mejor ayuda es el tiempo. Los días y noches pueden parecer eternos, pero las semanas pasarán volando.

Documento # 2 Cólico en el bebé alimentado con leche materna. Revisado en Enero 2000
Escrito por Jack Newman MD, FRCPC
Traducido por Sandra D’Angelo
Traducción revisada por el Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna de Bariloche
Puede copiarse y distribuirse libremente


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lunes, 19 de octubre de 2009

0 comentarios 10/19/2009

La Disciplina Positiva

Escrito por Viviana -
La disciplina positiva consiste en enseñarle a un niño a comportarse bien sin usar métodos punitivos. En cambio, usted les enseña de una manera que les dará atención positiva o con una actividad que ellos disfruten.

La disciplina positiva les mostrará a los niños a comportarse de manera apropiada, porque ellos responden a nuestras expectativas claras y positivas, porque nosotros les estamos brindando atención debido a su comportamiento positivo. Ellos empiezan a notar que para que nosotros les demos la atención que ellos quieren, lo único que tienen que hacer es portarse bien y hacer lo que les pidamos.

Una disciplina positiva no de espacio para un comportamiento negativo. Si los padres o los proveedores usan la disciplina positiva, y un niño continúa comportándose de manera negativa, ellos no les darán a los niños la atención que ellos quieren, o ignorarán al niño, entonces el niño notará que no gana nada portándose mal, ni siquiera la atención que quiere.

Necesitamos usa la disciplina positiva tan pronto como sea posible. Un niño que es un poco mayor de un año ya conoce su medio ambiente y reconoce lo que sus padres y proveedores quieren de él. Lo más importante es empezar a usar la disciplina positiva antes que el niño cumpla dos años, porque ésa es la edad en la cual un niño empieza a rebelarse y a no querer hacer lo que les pidamos que hagan.

Un padre o proveedor puede decirle a un niño, “Si compartes tu juguete con tu hermano por cinco minutos, estaré muy orgullosa de ti, y tu hermanito compartirá su bicicleta contigo cuando tú quieras usarla”. O pueden decir también, “Si terminas tu tarea a tiempo, podrás ver televisión por media hora y te sentirás orgulloso de haber terminado tu tarea”. Otro ejemplo de disciplina positiva es reconocer cuando el niño hace algo bien. Por ejemplo: “Me gusta como has trabajado en tu dibujo, por “x” período de tiempo, sin interrumpir a tu hermanito”.

Recuerde:

* Primero que nada, asegúrese de decir simple y claramente lo que se espera de un niño.
* Nunca castigue a un niño físicamente.
* Dé oportunidades para que el comportamiento empiece a florecer.
* Cumpla sus promesas.
* Ponga atención a lo que cada niño está haciendo y dé comentarios positivos, particularmente al niño y al comportamiento. Por ejemplo, si Juanito es egoísta, pero esta vez dejó que su amigo use la pelota, aunque sea por un segundo, y nosotros lo vimos, podemos decirle, “Me gusta como compartiste tu pelota con Juanito”, en vez de sólo decirle “bien hecho”, para que no haya duda en su mente que estamos alabando el acto de compartir y no otra cosa.
* Otra estrategia es combinar dos actividades diferentes – una que el niño disfrute y otra que prefiera no hacer. De esa manera, usted puede decirle al niño, “Si recoges tus juguetes, entonces puedes ir a jugar afuera”. Por supuesto, el padre o proveedor debe cumplir esa promesa, así que no prometa lo que no puede dar.
* Otra estrategia es darle una opción al niño… Por ejemplo, si no le gusta ducharse, entonces déle la opción de ducharse o de tomar un baño de burbujas. O también puede dar la opción de ducharse antes o después de comer.

Desde | Los niños en su casa

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jueves, 15 de octubre de 2009

0 comentarios 10/15/2009

Criar con apego y respetuosamente

Escrito por Viviana - Categoria
¿Has escuchado las frases: “vas a malacostumbrar a ese bebé” vas a malcriar a ese bebé”, “ya no lo cargues”, “déjalo llorar” ? ¿Cuando llora tu bebé sientes que tienes que hacer algo para resolverlo, y para hacerlo sentir mejor, pero recuerdas esas frases?

Entonces estás consciente de la gran presión social que padecen las mamás, que son impulsadas a no escuchar sus instintos, y que traten de negar las necesidades emocionales de su bebé.

Nosotros creemos qué los bebés son seres humanos, con tanto derecho a demostrar sus necesidades de compañía y cariño como cualquier otro ser humano.

El cargar a tu bebe, alimentarlo cuando tiene hambre, abrazarlo cuando muestra deseos de ese contacto, lo convertirá en un ser humano seguro de si mismo y amoroso, pues es el ejemplo que ha recibido desde que es bebe.

Si tu esposo llegara una noche y te dijera,”hoy fue un mal día, quisiera platicar, estar contigo y que me abrazaras” aunque fuera tarde en la noche, ¿que le dirías?

¿Le dirías, “ah no, no es hora de esas cosas. Es hora de dormir. Si te abrazo y estoy contigo a estas horas, te vas a malacostumbrar y luego vas a querer hacer eso todas las noches”?

Pues esas frases que resuenan en nuestra cabeza, formuladas por parientes y amigos bienintencionados, lo que tratan de que hagas es que dejes de escuchar tu instinto, y de que no hagas lo que es mas fácil, resolver las necesidades de tu bebé.

Los bebés que han sido criados con respeto y con amor, que han sido “malacostumbrados” y los cuales son llevados en brazos mucho tiempo, desarrollan un sano apego con su madre, que es el primer contacto con este mundo. Este ejemplo de apego les ayudara a desarrollar relaciones con otros seres humanos basadas en la confianza y en el amor. Aprenden que son personas valiosas, lo cual les hace desarrollar una buena autoestima. Porque si cuando lloro nadie me hace caso, tal vez sea porque no valgo la pena. Pero si cuando el bebé expresa una necesidad de amor, y la mamá la resuelve pronto, cargándolo, confortándolo, atendiéndolo, el bebé RESUELVE esa necesidad. Puede pasar al siguiente paso en su desarrollo. Se sentirá seguro de si mismo, y valioso. Y al contrario de lo que dice la “sabiduría” popular, será un ser humano amoroso y respetuoso, pues es lo que ha aprendido desde la mas tierna infancia.

Desde | CozyBebe
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lunes, 12 de octubre de 2009

0 comentarios 10/12/2009

Libro del Mes: "La represión del deseo materno y la genesis del estado de sumision inconciente" Casilda Rodigañez y Ana Cachafeiro

Escrito por Viviana - Categoria

Las autoras de este libro, dos de las iniciadoras de la Asociación Antipatriarcal, recogen en este libro una reflexión -incubada en los debates de dicha Asociación y alimentada con su propia experiencia de mujeres-sobre el matricidio y la sumisión inconsciente.

Para muchas autoras (y autores) hay una urgente necesidad de sacar el tema del matricidio, pues la carrera de destrucción, de violencia y de muerte que está llevando a la Humanidad al desastre, tiene relación directa con ese matricidio que está en el origen de nuestra sociedad. No es, pues, casualidad que sea objeto cada vez de más estudio y atención.

La dimensión libidinal del matricidio, ya apuntada por L. Irigaray (1981), que se corresponde con la anulación social de la madre (V.Sau) y con la inexistencia de un orden simbólico materno (L. Muraro), nos remite al bloqueo de los deseos de las criaturas, a su abandono y a su sufrimiento; pues la madre patriarcal libidinalmente aséptica la madre robotizada y despiezada podrá, en el mejor de los casos, atender las necesidades de la criatura que carece, pero no saciar sus deseos.

Entender la vida como producción deseante en lugar de como una resignada carencia (Deleuze y Guattari, 1972) es clave para imaginarse una civilización no patriarcal: puesto que la carencia y la necesidad llevan a la competencia y a la propiedad; y el deseo, a la búsqueda del bienestar y al apoyo mutuo.

La conversión del deseo en carencia es también la clave para organizar la servidumbre voluntaria (E. de La Bodtie 1550); en efecto, al impedir sus deseos, la criatura entra en la espiral de la carencia y del miedo a carecer, en donde las relaciones de tú a tú entre los amantes se transmutan en relaciones de sumisión/autoridad (A. Moreno 1989). El estado de carencia está, casi inevitablemente, seguido del estado de sumisión.

Por eso se mata a la madre entrañable cuyo propio deseo sacia y alienta los deseos de las criaturas. Y se mantiene oculto este crimen poro que no se sepa lo que había antes de la devastación: la verdadera condición de la criatura humana con una enorme carga libidinal en armoniosa interpenetración con la madre, sin rastro de tanatismos ni de narcisismos ni de edipos innatos.

Por eso se ha dicho (V. Sau 1992) que “El Crimen de la Madre es el Secreto de la Humanidad”. Y cuentan las autoras de este libro, que cuando lo descubrieron y descubrieron a la madre entrañable, se encontraron con la otra parte del Secreto, escondido precisamente en las entrañas maternas: que el Paraíso existe, que la ciencia del bien y del mal es accesible, y que los deseos de las criaturas se pueden saciar.

Desde | Web de Casilda Rodigañez

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jueves, 8 de octubre de 2009

2 comentarios 10/08/2009

«Un niño que bebe leche materna será un adulto generoso y altruista»

Escrito por Viviana - Categoria ,
Laura Gutman dirige el centro Crianza, es especialista en la atención a madres y padres de niños pequeños y ejerce en la Escuela de Capacitación Profesional de Buenos Aires. «La revolución de las madres» (Integral) es su cuarto libro.

Todos sabemos que la leche humana es perfecta para el ser humano. Pero ¿qué nos pasa a las mujeres que nos cuesta tanto amamantar? Si la Humanidad sobrevivió cientos de miles de años con la leche humana y hace dos generaciones las mujeres ya no podemos amamantar, algo cultural nos sucede. Nadie puede amamantar si energética, consciente o intelectualmente está en «otro lado». No se trata de poner el pecho al bebé, sino de permanecer, y abandonar otros lugares.

¿Ventajas de la leche materna?

Todas. El único requisito para que la leche fluya es que el bebé esté las veinticuatro horas con su madre, en sus brazos. Y la madre, lo suficientemente cobijada. Porque ella se siente sola, aislada, es la que está a las tres de la mañana despierta con el niño mientras el mundo duerme... Todos somos culpables y responsables de generar una cueva emocional a la madre...

¿...?

...(perdón, enseguida le dejo preguntar) el niño que bebe leche materna se va a sentir amparado, querido, amado, colmado, seguro, tranquilo, y en la medida que vaya desplegando sus virtudes será alguien generoso, altruista, y dispuesto a dar al mundo lo que necesita. Lo contrario, un niño que reclame presencia, cariño, cobijo, atención, mirada, y no lo obtenga, se convertirá en un adulto que siempre quiere más: dinero, éxito, comida...

¿Hasta qué edad se debe amamantar?

Si quiere le digo una exageración.

No se corte.

Unicef recomienda dos años de lactancia materna. Una cosa es lo ideal, y otra lo que cada madre pueda dar.

La exageración, por favor.

Que en las sociedades primitivas el niño succionaba hasta los siete años, la segunda dentición. Cuando tenemos niños, hayan usado o no chupete, hayan mamado o no, y se van a dormir a los cuatro o cinco años todavía hacen chup, chup, chup, chup en la boca. En la mayor de las hambrunas el niño succionaría espontáneamente.

¿Por qué la cruzada contra la leche de vaca?

Primero, está hecha para los terneros, que tienen cuatro estómagos (van a comer pasto toda la vida) y un cerebro pequeño. Segundo, la leche humana está preparada para el desarrollo de la inteligencia. Por supuesto que un niño sobrevive con leche de vaca, pero su ingesta produce el moco: enfermedades respiratorias. Y en cuanto a las consecuencias para la vida adulta, según el Dr. Colin Campbell, la proteína de la leche de vaca es la sustancia más cancerígena a la que estamos expuestos los seres humanos. Los estudios epidemiológicos sugieren una relación entre el consumo de leche y dos tipos de cáncer: mama y próstata.

Los fabricantes de productos lácteos se les van a lanza a la yugular.

¿Quién soy yo frente a ese poder?

¿No ve nada bueno a la lecha de vaca?

Para nosotros no, para los terneros debe de ser estupenda.

Muchas mujeres sangran extrayendo leche materna con artefactos que parecen ideados por mentes de Inquisición medieval. ¿Eso no les duele a ustedes?

Pero hay que ver el estrés que vive esa mujer, el entorno, si está tranquila o no. Hay que ver qué es lo que cada mujer quiere. Yo no juzgo a nadie. Se lastiman y se mezcla la leche con sangre, sí, pero hay muchas asesoras de lactancia que sabrían abordar a la mujer en toda su dimensión emocional y no como un pecho que tiene que sacar leche con sangre. Porque si yo me siento una vaca ordeñada, me siento una porquería...

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domingo, 4 de octubre de 2009

0 comentarios 10/04/2009

Parir con derechos en Argentina

Escrito por Viviana - Categoria
A pesar de que los sectores reivindicados como pro vida suelen entrometerse en las habitaciones de niñas de 12 años embarazadas después de haber sido violadas o prometer casas a mujeres discapacitadas que quieren interrumpir un embarazo producto de un abuso sexual, la palabra vida –y la defensa de la llegada a la vida de una manera amorosa y respetada– se diluye cuando no se trata de combatir la posibilidad de abortar sino de parir de una manera libre y cuidada.

El 7 de junio fue el Día Internacional por los Derechos en el Nacimiento y el Parto Respetado. La fecha, sin embargo, no caló en la agenda sanitaria, pública, ni mediática. No hay afiches que cuenten que las mujeres tienen derecho –por ley– a parir acompañadas de su compañero, de su mamá o una amiga, a elegir la posición desde la cual poder pujar más cómodas y confiadas en sí mismas y que la peridural y la episiotomía tienen que ser decisiones de la mujer y el equipo médico, pero no procedimientos de rutina, entre otros muchos derechos.

Aunque el más elemental e incumplido de los respetos es el simple –y ausente– buen trato. La palabra de aliento que puede hacer que una mujer exhausta y asustada apele a su fuerza y confianza y dé a luz con todas las letras y todo su cuerpo. O que, por el contrario, una mujer humillada retroceda en sus pujos y quiera terminar con su parto como un mal trámite después que una enfermera le diga –como relatan miles de mujeres expuestas a las camillas de agobios en el conurbano bonaerense– “si te gustó el carozo, ahora bancate la pelusa”.

El sexo tiene que –y debe– ser un placer; el embarazo, una elección, y el parto, una parte de la vida difícil, dolorosa, intensa y gozosa. En este sentido, la Presidenta del Instituto Nacional Contra la Discriminación (Inadi), María José Lubertino, expresó: “Reclamamos el cumplimiento de la Ley nacional 25.929, que establece los derechos de las madres, los padres y los hijos/as en el proceso de nacimiento, que fue sancionada en el 2004 e incorporada al Programa Médico Obligatorio y rige los partos realizados en el ámbito público y privado, incluyendo las obras sociales y las prepagas”.

Antes del momento del parto se puede consultar en el 0800-999-2345 cuáles son los derechos de las madres, los padres y los bebés, para llegar al momento en que las mujeres están más vulnerables, al tanto de sus posibilidades y sus potencialidades. También se puede denunciar a ese mismo teléfono si alguno de sus deseos no se cumple, que es otra manera de parir el derecho a ser respetadas.

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viernes, 2 de octubre de 2009

0 comentarios 10/02/2009

Laura Gutman: Pensemos con autonomía

Escrito por Viviana - Categoria
Los recuerdos que conservamos de nuestra infancia están configurados por las palabras con las que nuestros padres nombraron los acontecimientos. Incluso aquello que manifestábamos, habitualmente era “interpretado” por los adultos y “eso” era lo que considerábamos la “verdad”. De hecho, hoy en día nos recordamos a nosotros mismos con los adjetivos con los que nos definían mamá o papá, por ejemplo: “yo era muy llorón” (en lugar de comprender la soledad y el aislamiento en el que vivíamos), “yo era buenísima” (en lugar de describir la obligación de satisfacer a una madre infantil), “yo era pésima en la escuela” (en lugar de reconocer que nadie registraba nuestras dificultades).

Así es como se organizó el discurso del “yo engañado”, junto al personaje que nos han adosado desde nuestro nacimiento y que hemos adoptado como un disfraz que luego se convirtió en parte de nuestra piel. Acostumbrados a nombrar las cosas según el cristal a través del cual mira el individuo en quien proyectamos el saber, continuamos la vida adulta bajo el mismo sistema: el de creer que la realidad “es” según la interpretación de otro.

Asimismo, despreciamos nuestras percepciones, intuiciones y saberes originales basados en sensaciones personales, creyendo todo lo que el otro -sea quien sea ese “otro”- afirme con énfasis. Luego, somos muchos los individuos que seguimos “corrientes de pensamiento” basados en opiniones ajenas muy discutibles.

Que la gripe A es peligrosa, que se cura con Tamiflú, que hay que lavarse las manos para no contagiarse… por nombrar sólo algunas opiniones tomadas como “verdades” en Argentina, y que desde mi punto de vista (mío, es decir, ¡nadie tiene por qué creerme! si no les “suena” en el corazón) son totalmente falsas.

Claro que para pensar con autonomía, hay que estar dispuestos a pagar el precio de la “no pertenencia”. Al fin de cuentas, si aún estamos emocionalmente inmaduros, elegiremos creer lo que sea, con tal de “ser parte” del grupo.

Pero si en lugar de creer cualquier cosa ciegamente, maduramos, reconocemos que el miedo es infantil y sabemos que la verdad reside en nuestro interior, entonces asumiremos un pensamiento autónomo y libre.

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sábado, 19 de septiembre de 2009

0 comentarios 9/19/2009

Parto en casa: Ina May Gaskin visita Argentina

Escrito por Viviana - Categoria ,
La partera que revolucionó los nacimientos en el siglo XX, Ina May Gaskin, en la comunidad de La Granja, en Tennessee, Estados Unidos, visitó la Argentina y resaltó que las mujeres deben ser tratadas como diosas en el momento de parir, pero que no sólo en los partos en el hogar se puede llegar a nacimientos plenos. También incentivó a que las madres eviten la culpa y que la maternidad ofrece muchas oportunidades para conectarse con los hijos. Tiene 69 años, atendió 1200 partos en los que no murió ninguna mujer y sólo tuvo que recurrir en el 1 por ciento de los casos a cesáreas. Una historia de vida de una mujer que se dedicó a traer vidas.

Ina May Gaskin es la pionera en realizar partos en el hogar, en un lugar conocido como La Granja, en Tennessee, Estados Unidos, un icono de una comunidad sesentista que no pasó de moda y fue más allá del símbolo de la paz, pisoteado por los años. Ella se convirtió en esa década de nuevas búsquedas en partera (cuando conoció a Stephen, su actual marido, en 1968, después de su primer, y traumático parto, y él le enseñó cómo no tener miedo y ayudar a la gente a relajarse). Después, ella quiso aprender con Stephen a amarse para toda la vida y perduró no sólo en el amor: también, como partera profesional.

Pero ella no es una neohippie reivindicada, es, genuinamente, quien cambió el mundo de los nacimientos. Por eso, después de atender 1200 partos domiciliarios, a los 69 años, se convirtió en una experta en cómo ayudar, alentar y animar a las mujeres que dan a luz. Ella dice que, a pesar de sus arrugas y sus años, sigue ayudando a alumbrar porque la adrenalina es tan fuerte como una droga ilegal. Lo dice y se ríe. Lo dice y acaricia a Ulises Uriel, que tan sólo tiene 18 días y nació precoz, pero se acurruca entre sus brazos y se enlaza con los dedos amorosos y marcados por el tiempo y la vida de Ina. Ella contiene sus brazos para que Ulises sepa que sigue abrazado y abrigado como en la panza y desliza sus dedos –adornados con un anillo azul eléctrico que también marca sus ganas de color y coraje– para que el recién llegado sienta que hay aires de amor que acunan su sueño. Y, sienta o no la cuna de una de las parteras más revolucionarias del siglo XX, él concilia el sueño mientras Ina habla con Las 12.

Pero la sabiduría de Ina no se muestra sólo en ser una de las primeras mujeres que pusieron el cuerpo en hacer que el cuerpo de las mujeres (y no la palabra de los/las médicos) vuelva a ser protagonista de los nacimientos. La experiencia volcada en su dulzura y reflexión serena (que no suena radicalizada, sino amparadora de quien la escucha) también se demuestran en su flexibilidad, que aleja prejuicios y culpas: ella apunta a que los varones participen del nacimiento, a no hacer sentir en falta a las mujeres que no se animan a un parto domiciliario aunque compartan su filosofía y a que la actitud frente a la maternidad –si bien cree que está marcada por el momento inicial de la llegada al mundo– puede afrontarse con una mejor energía en cualquier momento de la vida.

Ina May Gaskin fue la presidenta de la Asociación de Parteras de Norteamérica y su apellido es el emblema de una técnica que descubrió en su trabajo –casi artesanal de alentar a las mujeres a resoplar sus fuerzas cuando la debilidad, el cansancio y el dolor fatigan la autoestima para continuar con el trabajo de parto– que se conoce como la “maniobra Gaskin” para resolver una mala posición en los hombros de los bebés.

Es la autora del libro Partería Espiritual (la naturaleza del nacimiento, entre el amor y la ciencia (publicado en la Argentina por Mujer Sabias Editoras) que recopila toda su experiencia de vida de traer vidas. También realizó su Guía para el parto. Y sigue escribiendo –ahora, por ejemplo, sobre la lactancia– y sigue acariciando, callando y pujando sus palabras para alentar a las mujeres a parir y a criar con amor y fuerza, como una antigua hechizera y una moderna experta que sabe acariciar –como a Ulises, el bebé que acaba de parir la partera argentina Marina Lembo– y que de eso enseña y de eso sigue aprendiendo. Ina visitó, por primera vez, la Argentina, invitada por el Proyecto Escuela de Parteras Comunitarias del siglo XXI (que motorizan la doula y comunicadora Sonia Cavia y la partera Marina Lembo con otras 32 mujeres más) y contó su historia de vida, brindándose, como en sus partos y como en su vida, a dar vidas.

¿Sólo puede haber partos plenos y disfrutables en las casas, granjas o lugares alternativos o también pueden existir partos dignos y lindos en un hospital porque una mujer no se anima o no puede tener a su bebé en su casa?

Ina May Gaskin: –Es posible tener un buen parto en un hospital, pero tiene que haber gente muy sensible para poder asistir a las mujeres. El más mínimo detalle puede hacer perder toda la energía que se mueve en el nacimiento.

¿La atención de los sanatorios privados es más cuidada y la de los hospitales públicos es más brutal o no hay diferencias entre la atención sanitaria paga y gratuita?

Ina: –El resultado es el mismo: la madre es disminuida. Es una falsa distinción entre lo público y lo privado. Las mujeres son disminuidas de la misma manera en ambos sitios.

Se está empezando a escuchar a mujeres que sienten culpa de no tener a sus bebés en sus casas. ¿Cómo hacer para promover los partos humanizados sin que las mujeres que no se animan o no pueden –por riesgos en su salud, porque su marido no las apoya, porque no tienen medios económicos, porque tienen miedo, etc.– no se sientan culpables?

Ina: –Es verdad que estos discursos, a veces, provocan una división en las mujeres que se sienten de un lado o del otro. Pero los partos domiciliarios pueden llegar a un 5 por ciento del total de los nacimientos que es una porción muy pequeña del total de alumbramientos. Pero es importante poder contar lo que sucede en estos partos: que las mujeres pueden vivir una experiencia linda y gozosa y que el bebé puede nacer en buenas condiciones. Es muy precioso eso que ocurre aunque sea sólo en el 5 por ciento de los casos. Y lo ideal es que eso se disemine. Es importante recordar esa energía intangible y que es muy fácil que sea ignorada. Sin embargo, no es una característica necesaria que se produzca sólo en los partos domiciliarios. En realidad, en el hospital se podría tener partos con conciencia de esa energía. Pero sólo con esa conciencia se puede generar un cambio.

Hoy se habla mucho del embarazo y el parto. ¿Pero cómo se aplica esta filosofía de maternidad a lo largo de la crianza de los hijos e incluso cuando crecen y son jóvenes o adultos/as?

–Mi hijo Pablo tiene 35 años y vive en Nueva York y yo lo sigo cuidando. Una cree que cuando cumplen 18 años se terminaron las responsabilidades, pero la maternidad sigue toda la vida.

La mayoría de las madres modernas sienten culpa: porque trabajan, porque no dieron la teta, porque no van todas las tardes al jardín de infantes o no pueden comprar una play station. ¿Qué se hace con esa culpa impuesta por la sociedad pero sentida por las mujeres?

–También es bueno practicar el perdón a una misma. Hay que ser compasiva con una como madre. Nunca se habla del padre perfecto, pero sí de la madre perfecta (risas).

¿Cuál fue su experiencia como madre? ¿Ha sentido culpa?

–Con mi primera hija, Sidney, que se murió a los 20 años, de cáncer de cerebro, viví una experiencia difícil. Cuando nació ella, yo tenía 26 años y era muy inocente e ignorante. En ese momento, se hacían fórceps de rutina. Y yo ni siquiera sabía que podía buscar otro obstetra. Tuve mi primer parto con fórceps y fui muy abusada. Mi estrategia fue quedarme callada para pasar inadvertida. El trabajo de parto fue lindo y me pude convertir en un animal pariendo. Pero cuando sentí necesidad de pujar me dieron anestesia que no era peridural y sí muy peligrosa. Ahí entré en una situación de tortura medieval y cuando nace mi hija nos separan por un día entero. Eso dejó una herida muy grande en mi relación con esta hija. Pero yo me podría haber dejado quebrar por esta herida y porque no pude ser una buena madre con ella. Reparé con mis otros tres hijos: Eva María, de 37 años; Pablo, de 35, y Samuel, de 34. Pero durante su enfermedad –que le llevó un año entero– luché por Sidney: fui una fiera luchando por ella y mi hija pudo ver una madre diferente y recién, 19 años después, pude reparar ese proceso. Pude estar en el momento cuando murió mi hija y tenía la cara exactamente igual a la de un recién nacido.

¿Cómo fueron los partos de sus otros hijos? ¿Siente que la diferencia en el momento del nacimiento también la marcó de una manera distinta como madre?

–Mis otros hijos fueron directo a las manos de las parteras de la comunidad y seguro que me marcaron de una manera diferente. Cuando en La Granja decidimos hacernos cargos de los nacimientos y se formó una hermandad entre las mujeres que asistían tu parto te trataban como una diosa en el acto pleno de parir.

¿Cómo nace su pasión por ser partera?

–Cuando Sidney tenía un año y medio, mi ex pareja me dijo “Vamos a ser hippies y vamos a California a escuchar a un hombre llamado Stephen”. Ahí conocí a Stephen (que es mi actual marido) y a otras mujeres que habían pasado por la misma experiencia que yo del parto con fórceps y que habían decidido no ir más al hospital. Me pareció muy valiente y me propuse volver a recuperar la conciencia de que cada nacimiento tiene que ser sagrado.


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viernes, 11 de septiembre de 2009

0 comentarios 9/11/2009

Libro del Mes: "Besame mucho" Carlos González

Escrito por Viviana - Categoria ,


El libro no es nuevo, pero me gusta que las "nuevas mamás" estén al tanto.

El autor explica nada más empezar que se trata de un libro escrito en defensa de los niños. ¿Por qué lloran? ¿Por qué quieren estar en brazos? ¿Por qué no quieren dormir solos? A esas y a otras muchas preguntas se encuentra respuesta en sus páginas.

Está dirigido lógicamente a los padres que tienen niños pequeños, pero también para todos aquellos tratamos de conservar en nosotros algo de aquel niño que fuimos.
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0 comentarios 9/11/2009

Amor de madre: instinto, química o qué?

Escrito por Viviana -
Las madres quieren a sus hijos. Pero ¿por qué a veces resulta que ese absoluto no lo es tanto, como demuestra el fenómeno, universal y atemporal, de los abandonos? ¿De qué está hecho el vínculo madre-hijo? Los científicos le prestan cada vez más atención. Están averiguando cómo se establece, qué papel juega en el desarrollo y si deja huellas en el futuro adulto. Y ¿qué pasa con los padres? De fondo está el debate eterno de cuánto en nuestro comportamiento es biológico y cuánto cultural. La respuesta es: mucho más de lo que creemos -y esto vale para lo biológico y para lo cultural-.

El amor, ya se sabe, es pura química. O pura biología. Los neurobiólogos conocen ya varios ingredientes, como la hormona oxitocina y los opiáceos, que intervienen en lo que ellos llaman apego, y saben en qué áreas cerebrales actúan. Por ejemplo en los circuitos de recompensa, que nos hacen querer más de lo que nos da placer. La cosa es simple hasta el punto de que sin estas hormonas no hay amor. Ni amor materno, ni de pareja. El cóctel químico cambia más o menos en cada caso, pero siempre está ahí. La conducta humana, incluso en rasgos tan personales como la generosidad, la confianza o la capacidad de amar, depende de unas cuantas moléculas.

La mencionada oxitocina, en concreto, parece ser una auténtica bomba de emociones positivas. En los últimos años se ha demostrado su importancia en la sociedad y la familia, tanto en animales como en humanos. Hace tres años el grupo de Paul Zak, director del Centro para Estudios Neuroeconómicos, en California (EE UU), vio que si rociaba con oxitocina a varios voluntarios, éstos se volvían mucho más dispuestos a confiar su dinero a un extraño. Y funcionaba sólo entre personas, no cuando se trataba de invertir por ordenador. También es reciente el hallazgo de que el distinto comportamiento familiar de dos especies de roedores, por lo demás muy similares, se debe a la oxitocina y a otra hormona similar, la vasopresina. La especie que vive en llano crea relaciones monógamas largas para cuidar a las crías, mientras que en la de montaña hay mucha promiscuidad y los machos pasan de la prole. Las primeras tienen muchos más receptores de oxitocina y vasopresina que las de montaña.

Es decir, que “la oxitocina es el pegamento de la sociedad, tan simple y tan profundo”, ha declarado Zek, cuyo trabajo ha publicado Nature. Los opiáceos, por su parte, son los encargados de mantener la conducta y de hacernos en cierto modo adictos al afecto. Varios trabajos han demostrado que los ratones sin receptores de opiáceos no muestran preferencia por sus madres. Y al contrario, cuando a crías de rata sanas se las separa de sus madres son los opiáceos y la oxitocina lo que calma su ansiedad.

Pero, volviendo al vínculo materno-filial, ¿en qué momento producimos las personas más oxitocina? No es difícil adivinarlo: en el orgasmo, en las interacciones sociales placenteras y durante el parto y la lactancia. Así que el amor materno empieza a fraguarse muy pronto, a base de hormonas. No en vano la Organización Mundial de la Salud recomienda hoy que el recién nacido sano y su madre estén juntos -la observación del bebé “no justifica la separación”, dice la OMS-, y que la lactancia sea “inmediata, incluso antes de que la madre abandone la sala de partos”.

La mayoría admite hoy que hay un periodo sensible inmediatamente después del parto, en el que el recién nacido está tan receptivo al olfato y al tacto que, colocado sobre el cuerpo de su madre, puede llegar él solo al pezón y empezar a chupar. En cuanto a la madre, para ella el bebé es una máquina de producir sonidos, caricias y olores que disparan su neuroquímica del amor. Basta que el bebé chupe los pezones para que ella produzca oxitocina y prolactina. Y el pequeño no sólo busca comida. Harry Harlow -para muchos un torturador de animales- demostró en los sesenta que los bebés de mono prefieren madres falsas de cálido paño incapaces de alimentarlos a otras con biberón hechas de alambre.

“El recién nacido es un mamífero que necesita el contacto con la madre que lo acaba de parir. Tiene que sentir su olor, su tacto, escuchar su voz”, dice Gema Magdaleno, matrona del hospital La Paz, en Madrid. “Lo antinatural es separarles. La madre y el hijo son dos desconocidos que necesitan reconocerse, es algo muy animal. En ese primer momento comienza la impronta”. En La Paz están empezando a implantar el método piel con piel cuando el niño nace sin problemas: tras una inspección rápida el bebé sano es colocado desnudo junto a su madre y suben juntos a la habitación en la misma cama. “Las madres están mucho más satisfechas. Y en los recién nacidos hay síntomas físicos clarísimos: no lloran, respiran más tranquilos, buscan la mirada de su madre, tienen movimientos más armónicos y comienzan antes a mamar. Lo raro es que a estas alturas haya que explicar algo obvio”, dice Magdaleno.

No siempre fue tan obvio. Con la medicalización de los partos -que trajo un gran descenso en la mortalidad infantil- también se impuso el uso de nidos, y pareció olvidarse un comportamiento madre-hijo que millones de años de evolución han seleccionado para promover la supervivencia de una cría que nace muy inmadura. Ha habido que redescubrir la importancia del contacto para que métodos como el piel con piel se vayan imponiendo con mayor o menor rapidez.

En España parece que con menor. “En muchos hospitales españoles aún se tarda mucho en poner a los hijos con sus madres”, dice Ibone Olza, psiquiatra infantil del hospital Puerta de Hierro y miembro de la campaña Que no os separen (www.quenoosseparen.info) que promueve el piel con piel, también en prematuros.

El problema es más grave con los niños que no nacen sanos, y que quedan ingresados cuando “no han llegado aún a hilvanar los sentimientos padre-madre-hijo”, explica Carmen Pallás, jefa del Servicio de Neonatología del hospital 12 de Octubre. Sólo 8 de 83 unidades neonatales españolas dejan entrar libremente a los padres, dice Pallás: “La mayoría restringen las visitas de forma drástica, en algunos casos impidiendo cualquier tipo de contacto a lo largo de todo el ingreso. La relación padres-niño puede verse seriamente distorsionada en estos casos”. En el 12 de Octubre hay voluntarios, a menudo personal del propio hospital, que practican el piel con piel con bebés que, por distintos motivos, no pueden ser visitados por sus padres. Los beneficios de esta práctica se consideran probados.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando el vínculo no puede establecerse en el nacimiento? ¿Qué pasa en las cesáreas? ¿En los niños adoptados? “El momento en torno al parto es una oportunidad muy buena, pero lo bonito es que hay muchas más. Los padres de niños adoptados establecen vínculos muy intensos con sus hijos”, responde Olza. “Los niños tienen una plasticidad enorme. Incluso si traen secuelas, su capacidad de superación cuando tienen unos padres que los quieren es maravillosa”.

Eso que muchos niños con secuelas deben superar es la muesca cerebral de la indiferencia. Un estudio hace tres años descubrió que niños que habían pasado sus primeros años en orfanatos de la Rumania de Ceausescu respondían con menos oxitocina de lo normal a sus madres adoptivas. También se ha visto que los niños que no han podido establecer vínculo alguno con un cuidador tienen a menudo síntomas propios del autismo. Y es que hoy se sabe que la explosión bioquímica del apego moldea el cerebro y deja su firma en la vida adulta.

“En la última década el estudio del desarrollo del cerebro ha dado evidencias incuestionables sobre la importancia de los afectos y la formación del vínculo del recién nacido”, explicó la neurobióloga chilena Eugenia Moneta en una reciente charla en el hospital del Niño Jesús, en Madrid. “El desarrollo del cerebro depende de interacciones externas, en particular las relaciones de afecto con los cuidadores. Estos aspectos afectivos moldean las redes neuronales”. Pero esta experta recuerda también que, al margen de cuándo empiece, el apego se construye toda la vida.

Hasta aquí, el inmenso poder de la biología. Pero entonces, ¿por qué a veces falla? En la Comunidad de Madrid (CAM), cada año entre 30 y 40 madres dan sus bebés en adopción tras parirlos en hospitales -se llaman renuncias hospitalarias-. Y anualmente se dan unos tres abandonos en la calle, que se sepa. En la Comunidad Autónoma de Madrid dicen que estos datos no han variado en los últimos años. En Cataluña hubo 54 renuncias hospitalarias en 2007, 57 en 2006 y 43 en 2005; un bebé fue encontrado en la calle en ese periodo. Cada comunidad tiene sus datos. Y no parece que el fenómeno aumente sino más bien al contrario.

En cualquier caso el abandono no es algo nuevo, a pesar de que varias ciudades europeas han instalado buzones-bebé. La antropóloga estadounidense Sarah Blaffer Hrdy habla en El pasado, presente y futuro de la familia humana de miles de niños abandonados en instituciones de París en torno a 1780. Investigadores del Instituto de Economía y Geografía (IEG) del CSIC dicen que Madrid no era muy distinto. En 1812 entraron en la inclusa madrileña 1.800 niños abandonados, y murieron todos. “A lo largo del primer tercio del siglo XX esa cifra se mantuvo entre 1.300 y 1.500 niños cada año, de los que morían el 62%”, explica la doctoranda del Instituto de Economía y Geografía Bárbara Revuelta.

¿Qué pasó en esa época con el instinto maternal? Datos como los anteriores han hecho que muchos nieguen su existencia, y devuelvan el peso a la sociedad. “La maternidad entraña una decisión, no es exclusivamente biológica. Empieza con una aceptación, un deseo, de cuidar un niño”, ha dicho otra antropóloga, Nancy Scheper-Hughes, que estudió una localidad brasileña muy pobre donde las madres dejaban morir a algunos de sus hijos.

Antropólogos, trabajadores sociales e historiadores identifican elementos comunes en los abandonos: falta de recursos y, sobre todo, de apoyo del entorno social o familiar. ¿Va a resultar al final que el entorno social gana la partida a la biología? Blaffer Hrdy no se resigna a ello, y compara a los humanos con los tamarinos. En estos primates los machos son indispensables para cuidar la prole, hasta el punto de que cuando no están disponibles la madre puede abandonar las crías. Lo social, entonces, se integra en la biología: la madre sabe que si trata de cuidar sola a las crías ella misma morirá, algo fatal para la evolución, que no selecciona esa conducta.

Mónica Salomone, El País
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