martes, 9 de marzo de 2010

1 comentarios 3/09/2010

Para llorar: opina que el parto natural es "un folklore"

Escrito por Viviana - Categoria ,
«Tenemos pacientes que vienen a dar a luz sin haber ido ni una sola vez al médico desde que se quedaron embarazadas»: José Solís Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital de Cabueñes (España)
José Solís hizo ayer «un gran esfuerzo para salir de la cama» a recibir a los 150 especialistas de todo el país que participaron en el III Congreso de Atención Prenatal organizado por el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Cabueñes (España), una cita en la que se abordarán hasta la tarde de hoy asuntos relacionados con la detección precoz de problemas coronarios, la ecocardiografía o la atención a partos gemelares y a partos pretérmino.

-Cada vez son más las mujeres que critican que la intervención médica es excesiva en un proceso que debería ser mucho más natural.
-El parto natural es un folclore y una corriente que no tiene éxito. Ese tipo de parto es requerido únicamente por el 5% de la población y al que la Administración central dedica mucho más dinero que a comprar ecógrafos o a revisar un aparataje dedicado al diagnóstico prenatal, que, en algunos hospitales, se ha quedado obsoleto.
-Estimulación con oxitocina, episiotomía, anestesia, fórceps o cesáreas cada vez más numerosas. ¿Por su propia comodidad?
-Es evidente que para nosotros son más cómodas, pero el Hospital de Cabueñes tiene el índice de cesáreas más bajas de España, del 16%. No hacemos ni una cesárea más de las imprescindibles.
-Esta corriente aboga por formas inocuas de amortiguar el dolor que poco tienen que ver con el potro obstrétrico. ¿Qué hay de malo?
-Ni la pelota suiza ni el agua ni nada. Los métodos naturales para aliviar el dolor no existen. Lo único que funciona para aliviarlo, en un parto y en la medicina en general, son los analgésicos y los antibióticos. Ahora bien: que me digan que quieren parir como mamíferos, como me ha escrito alguien, y se mentalicen de ello, me parece una opción más. Allá cada quien.
-Otra cosa al alza es la edad de las madres primerizas.
-La tendencia sigue para arriba. Y el problemas es que muchas mujeres no tienen en cuenta que, a partir de los 35 años, se pierde un porcentaje importante de fertilidad y luego es cuando hay que recurrir a las distintas técnicas de fecundación asistida.
-Y los bebés prematuros y prematuros extremos.
-Eso tiene que ver con que, hace años, los prematuros extremos se morían y ahora no. Gracias a los avances que ha habido, cada vez se consigue sacar adelante a niños con menos peso.
-¿A más edad de la madre más riesgo para el feto?
-No. Antes sí se pensaba que las mujeres, por ser mayores, tenían más riesgo de que el feto presentase malformaciones, pero eso es algo que está descartado. Aquí, por ejemplo, seguimos haciendo amniocentesis a las mujeres que tienen más de 38 años, pero en otros sitios como Cataluña eso está descartado y únicamente se hace un cribado, que es la prueba que se hace a todas las embarazadas a las once semanas de gestación. Las amniocentesis a los 38 se van a acabar.
-¿Con el cribado es suficiente?
-Hay un 93% de fiabilidad de que el feto no tiene malformaciones ligadas a los cromosomas.
-¿Por ejemplo?
-Malformaciones como el Síndrome de Down, el Síndrome de Edwards o el de Patau, que son las que más se diagnostican. Les siguen, por este orden, las cardiopatías, las malformaciones del aparato digestivo, las de tipo urológico, en riñón, vejiga y uréteres, o las del sistema nervioso central, tanto a nivel craneal como a nivel de la columna vertebral, y las que afectan a las extremidades.
-Dé un consejo a las embarazadas.
-Que acudan a la matrona en cuanto tengan su primera falta. Cuanto primero, mejor. El diagnóstico prenatal es fundamental para detectar malformaciones graves, y por eso debe realizarse antes de las 22 semanas, cuando las mujeres tienen la posibilidad legal de interrumpir su embarazo.
-¿Suelen cumplirlo?
-En general, sí. Cada vez son más conscientes, pero tenemos pacientes que vienen a dar a luz sin haber ido ni una sola vez al médico desde que se quedaron embarazadas por motivos que desconocemos. Sobre todo, en las clases sociales más desfavorecidas y en determinadas etnias. Nos pasa con los gitanas, aunque cada vez menos, y con algunas inmigrantes. No con las latinoamericanas, pero sí, por ejemplo, con las rumanas.

Desde | El Comercio Digital
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